Las cosas dejaron de fluir. La suerte para escribir más o menos decente se fue junto con la esperanza de mejorar mi estilo, aclaro nunca existió tal cosa. No voy a dar más explicaciones, nadie las quiere saber, así que me despido de este espacio lleno de arte, que obviamente no era mía. Si en el algún momento de mi vida regreso que bueno, sino igual da.
Este post tiene décadas de retraso, ya saben para entrar a profundidad en el tema de los Take Away Shows, hace más de un año publiqué un post algo parecido pero errado en el fondo. Así que he decido hacer la research correspondiente, más allá de Wikipedia, he aquí el resultado.
Antes de los Take Away Shows, existió La Blogothèque, este proyecto materializado en un blog inicia en el 2003 con el objetivo primordial de compartir música. La vida gira entorno a la música. Estos bloggers franceses utilizaron internet como una plataforma necesaria y trascendental para internacionalizar la discusión del arte lírico y armónico que une a muchos, así mismo tenían la inexorable necesidad de compartir excelente música. Pero no se queda aquí, comparten mucho más, las experiencias, la pasión y el descubrir nueva música.
Más adelante, en el 2006 el filmmaker Vincent Moon junto a Chryde deciden avanzar e inician a producir los Take Away Shows, a partir de la idea de filmar la música desde una perspectiva totalmente distinta, lejos de los fríos e indiferentes escenarios a los que todos estamos acostumbrados. Muestran al artista en un ambiente neutral e inusual, donde se funde en un video musical convencional y un acústico más personal, la espontaneidad se refleja al momento en que el artista convierte su música en una sincera pieza que forma parte del corazón del imaginario colectivo. Cuando las calles se convierten en escenario la música se redefine como derecho humano, como una libertad individual que nos permite crear nuestra percepción infinita de la vida integral y transformar con la melodía el destino. Cada Take Away Show posee particularidades indispensables y un potencial tremendo; de una sola toma surge una fotografía impecable que transporta a lugares paralelos llenos de entusiasmo y misticismo musical.
Con los años, La Blogothèque ha ido evolucionando y creando distintos e interesantes proyectos, como Soirée de poche, encaminados al mismo fin, compartir y disfrutar la música de cierto artista a través de un video de calidad y energía indescriptible visto por miles alrededor del mundo. Es suficiente por hoy, finalmente les dejo un par de Take Away Shows para que los disfruten tanto como yo lo he hecho, aunque claro está que me faltan decenas por ver.
Demasiados problemas, técnicos y de diversa índole, me han impedido seguir empapándome del grandioso séptimo arte y postear acerca de éste. Pido disculpas.
Ayer, jueves, tuve la gran oportunidad de ver The Music Never Stopped (ya la tenía en mi lista mental de películas a ver). Basada en el libro The Last Hippie de Oliver Sacks que a su vez está basado en una magnifica historia real, la cual rodea la pérdida de memoria de Gabriel y cómo sus padres lucharon para regresar a su hijo del olvido. Claramente la música juega un papel importante e interesante a la vez, más de allá de lo que significa literalmente una canción está lo que significa esa música para Gabriel, una conexión etérea.
Obviamente la banda sonora es formidable, me hace recordar lo mucho que me gusta Bob Dylan y lo bien que se siente la psicodelia atravesando la barrera del tiempo y que llene la vida de una extraña lucidez. Sinceramente lo que más que conmovió fue cuando Gabriel era Gabriel gracias a la música y cuando ésta se detenía se chispa se apagaba de una forma tan miserable.
La tolerancia hacia la personalidad, incluyendo gustos, de la otra persona, de la familia, de los amigos, de todos. Cómo los seres humanos pueden ser pacientes y aprender del otro y de cómo "prohibir" algo que no entendemos (por el hecho de no comprender eso) puede tener consecuencias terribles. The Music Never Stopped se ha convertido en una de mis películas (por cierto no existe un claro top10 sólo van conforme me voy recordando), así que la recomiendo -aunque decirlo sea redundante. No quiero la música termine, que sea tan infinita como el tiempo mismo.
De la mano del director Chris Malloy nace este espectacular documental que nos lleva en la travesía personal de Jeff para llegar a la Patagonia. 180° South narra una maravillosa historia on the road por llegar a Corcovado, durante la extensa travesía nos acompaña un excelente soundtrack de fondo para los impresionantes paisajes, obviamente con una fotografía impecable. La historia nos deja entrever experiencias de crecimiento interior, con mucha introspectiva de la cual podemos aprender si estás dispuesto a simplificar y apreciar las cosas desde otra perspectiva.
Otro punto importante de reflexión que deja el documental se refiere al desequilibrio ecológico realizado por la especia humana bajo la bandera del progreso. Cómo los seres humanos utilizamos de forma desmedida e irracional los recursos naturales para satisfacer tanto necesidades reales como superfluas; como ejemplo la Isla de Pascua y lo bien que encaja en la actualidad. Dejo aquí este tema antes de que mi hígado empiece a hablar y mi lado misántropo salga a luz, el punto es que 180° South es tan entretenida como reflexiva, emotiva y eufórica, importante y lúcida.
La vi por recomendación, siempre son bienvenidas, por lo que es mi deber recomendarla, además si releen se darán cuenta que los adjetivos utilizados intencionalmente son el reflejo de que realmente disfruté cada segundo del documental.
It's Kind of a Funny Story está basada en el libro de Ned Vizzini, dirigida por Ryan Fleck y Anna Boden. Básicamente narra la vida de Craig, un joven de 16 que tiene varios problemas emocionales que lo llevan a intentar suicidarse, sin embargo se interna en el área de psiquiatría del hospital. Cuando las presiones de la escuela, de los amigos y de la familia se aglomeran en tu torrente sanguíneo y no logras sacarlas la depresión aparece y con ella una terrible incertidumbre que carcome los días de la juventud y tu energía. El film retrata el camino, breve, de hacer introspectiva y retrospectiva (cuenta con varios flashbacks) que sirve para aprender y seguir, que es una de las lecciones.
Por otro lado, el soundtrack es acogedor y energizante, en especial cuando cantan Under Pressure de Queen y David Bowie, es de mis escenas predilectas, simplemente es maravillosa y encaja perfectamente con todo. La fotografía, de igual forma, está genialmente concebida, especialmente cuando Craig y Aaron fueron por todo New York en bicicleta, cuando las presiones no existían. Desborda sinceridad, cierta vitalidad y comprensión. Además se comprueba, por enésima ocasión, que el arte en cualquiera de sus expresiones libera y sirve para aprender a sobrellevar la carga. Está demás decir que es una de mis películas favoritas por mucho y cada vez que la vuelvo a ver es como si aprendiera un poco más.
Film dirigido por el peruano Ricardo de Montreuil que narra la historia de Santiago luego del suicidio de su padre, desde los primeros minutos se respira el drama. No es un drama tedioso al contrario, es interesante por su complejidad y tensión. La fotografía es asombrosa, cada segundo en Máncora y en la playa son vibrantes, varias escenas transmiten un extraño matiz cálido y sencillo. El soundtrack es adecuado, aunque tengo que aceptar que no me acuerdo mucho de cómo sonaban ciertas escenas. De las cosas que más me fascinaron están: el hecho de dejar con la carta de despedida un libro, en este caso Los Heraldos Negros de César Vallejo y cómo el poema encajó perfectamente en la historia. Creo que empiezo a tener cierta afición por la poesía visual que he visto en ciertas películas. Siempre he querido hacer un viaje para perderme y encontrarme, que debería de ser un requisito indispensable para cualquier joven, ya saben para madurar, para saber qué se desea en la vida, qué estamos dispuestos a entregar a cambio y esas cosas. La recomiendo muchísimo, la "reflexión final" de Santi es tan acertada.
PS.
A partir de ahora, si me acuerdo, les voy a dejar el tráiler del film en cuestión.
Antes de empezar tengo que aceptar que he estado sin ánimos de escribir algo por estos rumbos, quizá porque la inspiración no ha tocado la puerta o porque me he quedado sin cosas/sentimientos/emociones/etcétera que decir. A lo mejor en las vacaciones todo regrese, los ánimos y la inspiración; voy a tener tiempo de sobra para mejorar con los reviews, a ver qué tal me va en eso. En estos últimos días he visto varias películas, aunque pocas van a ser mencionadas en este espacio, la tendencia a ver por lo menos dos filmes al día sigue. Por cierto, las recomendaciones siempre son bienvenidas. Prosigo con lo que de verdad importa en este spot.
La Vida de los Peces es un film chileno dirigido por Matías Bize, narra la historia de Andrés (Santiago Cabrera) que está en Chile para cerrar por completo ciertos capítulos de su vida antes de partir y no regresar más al lugar que lo vio crecer. Andrés es un personaje enigmático, su mirada refleja una extraña pesadez, como quien quiere dejar ir todo pero no puede, como quien no es feliz aunque tiene todas las posibilidades de serlo, como quien tiene recuerdos que quisiera borrar y otros que quisiera revivir. Cuando ser un viajero implica no crear lazos con los lugares visitados y vivir de recuerdos que cada vez son más distantes, dolorosos y oscuros.
La historia está llena de nostalgia, recuerdos, amigos, amor, pasado, decisiones y música. La carga emocional es tremenda, palpable en todo el desarrollo del film. Las actuaciones son simples, cálidas y adecuadas a la historia. Aunque toda la historia se lleva a cabo en una fiesta, dentro de una casa, la fotografía es memorable, le brinda un aire de melancolía y profunda calma. El soundtrack es demasiado bueno, creo que sin la música el film no hubiera sido el mismo, le brinda una exquisita fluidez y conmueve en los momentos críticos (que al final no son tan críticos). Diego Fontecilla e Inverness le imprimen melodía a las miradas y al silencio de Andrés. Como quisiera que esa música fuese inmortal y estuviera presente en mis momentos críticos o que al menos aliviasen el dolor de los días.